Este blog está dedicado a transmitir el conocimiento acerca de la Biblia, de manera tal que nos conecte con la ciencia, la Filosofía, Psicología y todas las diversas ramas de la cultura actuales.

lunes, 3 de julio de 2017

EL SECRETO DE JESÚS

El cómo apropiarse de la verdad, de la razón y el pensamiento, fueron los objetivos más importantes y deslumbrantes para la cultura judía.  Muchos Filósofos, lo intentaron y a algunos, se les llamó: profetas, y otros que también escalaron los rollos del Antiguo Testamento, escudriñando las letras, fueron, mujeres, quienes también hallaron el secreto de la cultura profética.

Sin embargo, Jesús, el hijo de José y María, fue un niño muy aplicado en los estudios que María, y José le brindaron en la casa, cotidianamente.  De esa manera, el niño, fue albergando los conocimientos y principios de los libros que en su cultura, le eran más importantes, ya que ésta era el epicentro o cuna de Filósofos y Profetas.

Se debe tener en cuenta, que Jesús, era un hombre muy alegre y tenía un léxico que estaba acompañado de una Filosofía multicientífica, de lo cual no se percataban las personas que trataban con él, y esto algunas veces fue motivo de discusión, ya que los judíos, maestros, fariseos y sacerdotes, no se percataban que siempre el Filósofo Jesús, les ponía en su boca, el anzuelo de la discordia, para medir la altura y cultura de su propia academia de Jerusalén.

Se presenta, una de estas tertulias filosóficas, donde ya se discute un poco, y están acalorados los fariseos que siempre querían ganar la discusión, a lo cual se le sumaban también: sacerdotes y doctores de la Ley.

Al estar ellos extraviados en el laberinto de sus mismos principios, Jesús, los observa sonriente, y esto hace que estos hombres que no encuentran cómo salirse de la telaraña del lenguaje filosófico de este gigante de la doctrina hebrea, se conviertan en esclavos o dominados por aquel que siempre en sus discusiones o diálogos, normalmente tenía en sus neuronas pensantes, la huella de la imagen de Dios.

Con la expresión: "Yo soy el hijo de Dios", los tenía acabados, y no podían ver el secreto que se ocultaba, no solamente en los libros de historia del Antiguo Testamento, en su cultura, sino que siempre Jesús, se los gozaba, porque ellos tenían, una, dos o tres palabras, y Jesús colocaba el anzuelo con la expresión: "yo soy el hijo del Dios viviente".

Y esto jamás lo pudieron entender la cultura de los profetas, y hoy en nuestro siglo veintiuno, el jardín sigue en un pleito sin percatarse que Jesús, tenía el principio para derrotar a cualquier hombre, que venga a imponer ideas que no están fundamentadas en la cultura y la ciencia del jardín, y le contestaremos igual que el Filósofo de Galilea: "nosotros somos dioses" o por ejemplo, "yo soy la verdad".

De esta manera, sabemos que los demás están en un laberinto, donde falta el aceite de la ciencia para que lubrique el corazón, y las neuronas, puedan ver el Dios humano en Cristo, y en todo estudiante de las ciencias y científicos de la tierra.

Esta discusión filosófica la encontramos en este texto que a la letra dice así: "Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú siendo hombre, te haces Dios.  Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: yo dije, dioses sois? (Juan 10: 33 - 34) versión Reina Valera 1960.

Los lectores de la Biblia, en el mundo, han dejado detalles tan importantes al estudiar los evangelios, como el hecho de que Jesús mismo, llama dioses a todas las culturas del mundo, y esta expresión, no es nueva en el oído de las academias extranjeras en donde Jesús, estuvo en sus alianzas, compartiendo con otras culturas que no tenían problema, cuando el maestro expresaba que él era hijo de Dios.

En la actualidad, en las culturas del jardín del siglo veintiuno, usted, decide si adopta la expresión de Jesús: "Yo soy hijo de Dios", o "Yo soy hijo de la madre tierra", o "Yo soy hijo de la ciencia", o "Yo soy hijo de la nada", o "Yo soy hijo del jardín", o "Yo soy la verdad".

Estos enlaces, han sido estudiados y analizados desde la misma cultura hebrea, a través de nuestros escritores, que estuvieron en el escenario donde Jesús, fue: un instructor, un maestro, un Filósofo, un poeta, un hombre, y un Dios totalmente humano y pensante, igual que nosotros con todas las características de la sangre humana.
    F P

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