La mente del hombre es muy dada a creer sin argumentos, y esto trae consigo: enfermedad en la psíquica, que nubla el cielo estelar de su pensamiento. El Filósofo y Sociólogo Isaías, nos habla de una entrega muy semejante a la de un matrimonio, debido a que el pueblo de Israel, celebraba algunos rituales con fuego a sus dioses.
Podemos entender que la cultura de los que hacían esto, no tenía un eslabón de continuidad, en el proceso de la vida cotidiana, que nos enlaza cada día con la superioridad.
Debo aclarar que no todos los ciudadanos de Jerusalén, efectuaban estos rituales penosos para las familias de las personas que realmente eran inteligentes. Aún nos dice la Psicología, que esto ocurre actualmente, en nuestro jardín.
Podemos entender que la cultura de los que hacían esto, no tenía un eslabón de continuidad, en el proceso de la vida cotidiana, que nos enlaza cada día con la superioridad.
Debo aclarar que no todos los ciudadanos de Jerusalén, efectuaban estos rituales penosos para las familias de las personas que realmente eran inteligentes. Aún nos dice la Psicología, que esto ocurre actualmente, en nuestro jardín.
Sin embargo, estas creencias, que en realidad estaban atentando contra la naturaleza, debido a que en esos rituales, utilizaban madera, que tenían que cortarla y luego tallar las imágenes, pero según nos muestra este Filósofo, ocurre este caso, donde en uno de esos rituales, queman a sus dioses.
Tal vez este grupo de personas, tiene esta tradición y es posible que quemaran muchas cosas más, como prendas y algo más que en el texto, nos deja pensando en la cultura del ritual. La psíquica de estas personas, no tiene una definición en cuanto en sí, a la forma en la cual se debe adorar a Dios.
Creen que es ofreciendo objetos, digamos, así como madera y piedra, como si Dios, fuese una persona que ama la destrucción, que ama que el hombre le rinda culto a expensas de destruir la naturaleza; y que la psíquica del hombre, se entregue a estas cosas que son vergonzosas ante la cultura científica de la tierra, hoy en día.
Pero aquí nos muestra que eran dioses de obra de mano de hombre, es decir que allí en eso, había un comercio, donde podríamos decir que la plataforma o el epicentro, es la naturaleza, quien es la que paga los platos rotos de estos artesanos, que estaban lejos del buen uso y propósito de la artesanía universal.
La humanidad, se entregó a comprar imágenes, que para mí, quiero aclarar, son un tema muy interesante, porque las imágenes son indispensables en la cultura de la Pedagogía. La Psicología, nos lleva a comprender que realmente la imagen no es la que produce la problemática en estas culturas que estaban en Jerusalén, porque el Sociólogo Isaías, sabía bien que su cultura y el éxito de sus ciencias y conocimiento, consistía en las imágenes, y una de las cosas que no son bien vistas por este Sociólogo, es que finalmente las destruyen, y en ningún momento estas culturas, mejoran, digamos así, su adoración, que debía estructurarse en el conocimiento de la naturaleza.
Y que si ellos se fundamentaban correctamente, la misma naturaleza, los iba habilitando para que llegaran a una enseñanza acerca de ella, teniendo en cuenta, las mismas imágenes, pero con un conocimiento, donde la Psicología, pueda entrar y que el fuego aquí sea el conocimiento, y que menciona, digamos, a la obra de arte, donde inclusive las piedras, hablan por sí mismas de ese fuego de la experiencia del fundamento que nos depara la naturaleza.
El texto sobre el cual basamos este análisis es: "y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra: por eso los destruyeron" (Isaías 37: 19) versión Reina Valera 1960.
El fuego del conocimiento, va arreglando los sistemas del cerebro, y al mismo tiempo, va permitiendo que la ceniza de la inteligencia, produzca su efecto positivo, hablando en el idioma metafórico.
Tal vez este grupo de personas, tiene esta tradición y es posible que quemaran muchas cosas más, como prendas y algo más que en el texto, nos deja pensando en la cultura del ritual. La psíquica de estas personas, no tiene una definición en cuanto en sí, a la forma en la cual se debe adorar a Dios.
Creen que es ofreciendo objetos, digamos, así como madera y piedra, como si Dios, fuese una persona que ama la destrucción, que ama que el hombre le rinda culto a expensas de destruir la naturaleza; y que la psíquica del hombre, se entregue a estas cosas que son vergonzosas ante la cultura científica de la tierra, hoy en día.
Pero aquí nos muestra que eran dioses de obra de mano de hombre, es decir que allí en eso, había un comercio, donde podríamos decir que la plataforma o el epicentro, es la naturaleza, quien es la que paga los platos rotos de estos artesanos, que estaban lejos del buen uso y propósito de la artesanía universal.
La humanidad, se entregó a comprar imágenes, que para mí, quiero aclarar, son un tema muy interesante, porque las imágenes son indispensables en la cultura de la Pedagogía. La Psicología, nos lleva a comprender que realmente la imagen no es la que produce la problemática en estas culturas que estaban en Jerusalén, porque el Sociólogo Isaías, sabía bien que su cultura y el éxito de sus ciencias y conocimiento, consistía en las imágenes, y una de las cosas que no son bien vistas por este Sociólogo, es que finalmente las destruyen, y en ningún momento estas culturas, mejoran, digamos así, su adoración, que debía estructurarse en el conocimiento de la naturaleza.
Y que si ellos se fundamentaban correctamente, la misma naturaleza, los iba habilitando para que llegaran a una enseñanza acerca de ella, teniendo en cuenta, las mismas imágenes, pero con un conocimiento, donde la Psicología, pueda entrar y que el fuego aquí sea el conocimiento, y que menciona, digamos, a la obra de arte, donde inclusive las piedras, hablan por sí mismas de ese fuego de la experiencia del fundamento que nos depara la naturaleza.
El texto sobre el cual basamos este análisis es: "y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra: por eso los destruyeron" (Isaías 37: 19) versión Reina Valera 1960.
El fuego del conocimiento, va arreglando los sistemas del cerebro, y al mismo tiempo, va permitiendo que la ceniza de la inteligencia, produzca su efecto positivo, hablando en el idioma metafórico.
Y esto es necesario, porque las leyes de conservación de nuestro jardín, tal vez no van a seguir tolerando este tipo de adoración que atenta contra la naturaleza, y que afecta contra la Psicología de la familia del jardín, y que perjudica el cerebro de la juventud que debe ser llevada a una entrega al mundo natural directamente, donde conocerán el fuego natural de ella, y su sabiduría estará anclada en el puesto de las culturas y ciencias del jardín global.
"El fuego y la imagen, llevan al hombre al conocimiento de su alma, y del medio que lo rodea"
F P C
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