Hoy analizamos un poco las exaltaciones, que le hacen a Jesús, algunos de los discípulos que tenían los sacerdotes, con los herodianos, que pertenecían a las redes que tenía Herodes, allí en Jerusalén. Una de las cosas importantes que se le dice a Jesús, es que él, es amante de la verdad.
Podemos entender que la verdad no es un hombre, que la verdad es como se habla hoy, y se ha hablado durante la historia del hombre en la tierra, que es un patrimonio que se encuentra en la misma humanidad.
Podemos deducir científicamente, mis amados, que la verdad, es la familia humana de la tierra, que está conectada al gran tesoro universal y global de nuestro jardín.
Otra cosa por analizar es que ellos también sabían la verdad, y podemos decir según el texto que estamos estudiando hoy, que todos estaban relacionados con la verdad en sí misma.
De lógico que le dicen a Jesús, o se le reconoce como el amante de la verdad, como el que se casa con las ciencias, como el que proclama el conocimiento, en ese momento de la historia de la humanidad.
Había otros hombres que también conocían la verdad, pero digamos que no fueron incluidos en el canon de las Escrituras, y en estas palabras no hay hipocresía, son efectivas como el oro, parece que esta gente que también son representantes de la verdad, no solamente desde el punto de vista religioso, le hacen a Jesús, una evaluación que no solamente viene de la academia, sino que también tiene representantes de la cultura romana, y podrían haber también otros representantes que no menciona el texto, en asuntos de cultura y filosofía.
Las personas que están con Jesús, tienen conocimiento académico, y no sólo eso, sino que también son personas que enseñan, digamos que son docentes, y que su enseñanza estaba dirigida hacia el conocimiento en diferentes ciencias que ya hacía muchos miles de años, se estaba enseñando en esas culturas que el cristianismo de hoy, no se ha percatado del libro que tiene en sus manos.
Le sucede igualmente lo mismo que a Moisés, quien creía simplemente que tenía era un bastón en su mano. Pero resulta que cuando empezó a amar a Dios y a la naturaleza, es cuando él comprende lo que podía hacer con ese aparentemente pedazo de madera.
Nuestra cita de análisis para este día es: "Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres" (Mateo 22: 16) versión Reina Valera 1960.
Debemos comprender hoy siglo 21, que cuando el hombre ama la verdad, y es una verdad presente, siempre estará asociada, porque la "verdad" que se sale de los parámetros de la sociabilidad, tales disidencias, no podrán prevalecer antes estas tres verdades que enfoca Jesús, al escribir este texto, que nos deja ver que la verdad es la unidad.
Donde no hay armonía, no hay razón, y donde no hay razón, lo que hay es odio, venganza, juzgamientos, pleitos, discusiones, porque las doctrinas se han encargado de convertir al hombre en apariencias que no pueden resistir el examen de la sabiduría o del conocimiento, como de estos que vienen a Jesús, precisamente para calificarle.
La sabiduría lo que hace es reconocer la del otro. También se le reconoce que enseña desde el punto de vista de las ciencias de Dios, y que no se cuida de nadie, porque la sabiduría está anclada a la justicia, y a la instrucción que viene de parte de la naturaleza, que tiene todas las armas disponibles, allí mismo donde estaban en esta tertulia, y los herodianos y los discípulos que vienen a Jesús, sabían bien estas cosas, que tales armas son el conocimiento filosófico que está almacenado en las bóvedas de las neuronas de los estudiantes pensantes.
"Las apariencias no las entiende el estudiante, cuando no está anclado al gran mar de la verdad humana pensante"
F P C
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