Miqueas, así como todos los profetas, veía que el mal en Jerusalén, entraba por la puerta de la cultura de la tribu de Judá. A estos moradores extranjeros, los llamó "llaga dolorosa".
La palabra llaga, o su símbolo, es muy común leerlo en los apuntes que hacían los profetas, cuando hacían sus notas para hablar al pueblo, de una manera ilustrativa. Podría ser que entre esas personas, que entraban a Jerusalén, venían enfermas o afectadas por llagas que eran producidas por insectos, que los picaban en la naturaleza.
Este Psicólogo, analiza un panorama bastante desagradable para la tribu de Judá, por el mal olor que producen las llagas. En aquel entonces, los antibióticos, no eran tan potentes, como en nuestra época, ya que no existía una química tan desarrollada como la nuestra.
Según nos dice este médico, el panorama para la tribu de Judá, es un poco estresante, debido a las quejas de esta gente, que les duele no solamente sus llagas, sino también otras enfermedades que traían estos vecinos de Jerusalén.
Lo cual se encuentra registrado en la siguiente cita: "Porque su llaga es dolorosa, y llegó hasta Judá; llegó hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén" (Miqueas 1: 9) Versión Reina Valera 1960.
La tribu de Judá, empieza a trabajar con su ciencia en la salud, para que esta gente, estos hermanos, se recuperaran y pudieran volver a casa, con una atmósfera agradable y un perfume de salud, que les permitiese mantenerse unidos.
Después de un tiempo, esta gente calificada por "llaga", por el Científico Miqueas, es curada y creemos que el científico Miqueas, estuvo allí, entre ellos, atendiendo y asesorando sobre cómo curar estas llagas, que la gente de Samaria, no tenía la sabiduría y el conocimiento, ni la medicina para ello.
Fue un poco difícil estar entre este pueblo, debido al ambiente que se respiraba en medio de estas llagas humanas. Sin embargo, Jerusalén, se destacaba entre las naciones, por ser una ciudad, que poseía una medicina que estaba respaldada por la Academia de los Profetas, y la sabiduría en la medicina, era una de las cosas más consultada, de aquel entonces.
De muchas partes del mundo que lo rodeaban, llegaban a esta ciudad, por una cura para sus males, según lo dice el registro cronológico en las Escrituras.
Mucho se puede hablar de la llaga que señala Miqueas a Judá, y decir que el ser humano, es una llaga, y decir también que nuestros vecinos están podridos, pero la esperanza de las culturas que rodeaban a Jerusalén, que tenían enfermedades como todo ser humano, estaba fundamentada en la creencia de que allí había respuesta médica para sus dolencias y enfermedades.
Es sencillo, los hijos de Dios, deben percatarse que el conocimiento de palabra, no puede impartir salud a las naciones y curar las llagas a los seres humanos, que nos rodean, y que claman con lamento desesperado, porque a ellos, la ciencia médica y el conocimiento de la medicina de nuestro siglo 21, no se reveló en su época.
Este científico Miqueas, nos está diciendo que el conocimiento de la medicina, es muy indispensable para poder aliviar los dolores que aquejan al mundo de hoy, no se trata de predicar, decir y anunciar que el ser humano, es una llaga, es más bien de estudiar y prepararnos para curar la llaga humana, que necesita tolerancia y constancia, para que se realice la cura que necesita el alma del hombre universal.
"La ciencia médica ama, el científico, y el profeta; más el predicador, no cree en la razón de la ciencia"
F P
Excelente ilustración. Un gusto. Saludos
ResponderEliminar