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viernes, 16 de julio de 2021

HOMBRE DE VALORES

 

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En la parábola del buen samaritano, hay algunos detalles o comportamientos del buen samaritano, que son dignos de análisis y discernimiento.  El mundo hoy más que nunca conoce esta parábola.  Nos centraremos en realidad, quién era este personaje.

Primero hay que tener en cuenta que el buen samaritano, tenía una buena cabalgadura, es decir un buen caballo.  Segundo, que era de un corazón noble, era un hombre de valores, y esto se debe tener muy claro en el mundo de hoy.

Venía de un hogar donde se tenía en cuenta a los demás, y se apreciaba a la familia.  Incluso al peregrino.  Vamos a ver ¿por qué razón, posiblemente, el sacerdote que es el primer personaje que aparece en escena, lo ignora, sin observarlo y sigue su camino?

Hay que tener en cuenta que a este hombre herido, lo golpearon y le robaron, y no fue en el centro de Jerusalén, ni en un barrio lejano al centro, sino en las afueras de la ciudad, donde el peligro era inminente.

Y cualquier persona ya fuese una autoridad como en este caso, el sacerdote, o el levita que es el segundo personaje aquí en esta parábola, no hace nada, sino lo mismo, observar.  Aunque el sacerdote tenía conocimientos en la medicina y el problema del señor golpeado no era tan de alto grado.

No hace nada, también pensó que si él lo recogía, iba a tener problemas con esos salteadores o ladrones de caminos.  Podemos ver cómo para hacer una obra de esta clase, se necesita primero, valor, segundo, que en el caso del levita, él no disponía de dinero para hacer esa obra independiente del consejo que ellos tenían.

Primero había que consultarle a la comunidad de levitas para poder realizar dicha acción.  Cuando el género humano realmente se detenga en el camino de la vida experimental, podrá entender mejor dicha parábola.

El sacerdote no solamente tenía su sueldo, sino que también tenía el conocimiento en esta área de la medicina, pero sus temores fueron los que no le permitieron realmente proceder como lo hizo el buen samaritano.

Que podemos ver que él si tenía un botiquín digamos sobre la cabalgadura.  Esto lo aventaja ante los demás que pasaron por allí, porque quizás no fueron los únicos que pasaron por allí.  Porque hay que tener en cuenta que era un camino importante para la conexión entre Jerusalén y Jericó.

Y este hombre que es el epicentro de la parábola, su acción, su misericordia, tiene todas las de ganar, aunque no es un médico, más bien nos está diciendo que es una persona que sabe de salud, y que puede tener por su desenlace en esta parábola, un grado de enfermero en este siglo 21, porque lleva sus preparativos por si acaso, en el camino.

Esta precaución la podemos admirar, en este hombre.  Pero seguimos analizando más la vida de este enfermero samaritano, y podemos decir que el hombre si podía cuando él volviera a Jericó, enfrentar a esos malhechores o a la banda que estaba golpeando y atracando a personas que no se podían defender.

Y en estos asuntos no estaba preparado el sacerdote, ni el levita.  Tenían toda la academia, pero les faltaba lo que se llama entrar en el terreno experimental, donde se presentan este tipo de casos, y hay que actuar.

Y a la verdad el buen samaritano de esta parábola, es nada menos que una persona preparada en salud, y también para responder por el desvalido, como en este caso lo estamos viendo a través del texto bíblico.  Otro detalle de esto es que él tenía dinero independiente que había trabajado y que podía autónomamente utilizarlo en este caso que le llama a él la atención, porque tenía un corazón dispuesto a servir, pero también con razón y valentía.

Hoy en día, las cosas han cambiado un poco.  Se necesita que el ser humano comprenda de estar conectado a las redes de salud en el globo.  Hace tres días salí de mi casa al centro, que son cinco cuadras, en la ciudad de Ocaña.

De pronto a una cuadra de mi casa encuentro a un señor que está desesperado sobre una llanta de camión, y el amigo no sabía qué hacer.  Les di los buenos días, y el que estaba sobre la llanta, me distingue y lo primero que me dijo es buenos días, Alfonso, ¿será que me ayudas.?

Y a la verdad es que yo le contesté: ¿de qué se trata la ayuda.?  Él estaba sentado sobre la llanta y dijo: es que no me puedo parar y estoy fregado aquí.  El que estaba con él, me dijo que era verdad lo que él decía, y que realmente estaba grave.

En esas pasó un señor y me dijo que llamara a la ambulancia del hospital.  Cuando me sugirió llamar a la ambulancia, yo procedí a pensar que ésta es una escena muy similar a la del buen samaritano, sólo que está en el otro extremo del mundo.

Le dije que ya íbamos a hacer eso, cuando de pronto yo volví y miré al enfermo quien tenía el cuerpo descontrolado de los nervios por completo.  En esas aparece otro, y me sugiere que llame a la ambulancia de los bomberos.

Yo tenía diez mil pesos allí, y se me ocurre a mi que como el problema que tiene es falta de alcohol, mandé al amigo para que me consiguiera dos mil pesos, o sea un cuarto, en nuestro idioma, y lo trajo y se tomó el primero.  Pasaron unos cinco minutos y otro, y seguimos charlando, y empecé a notarle la reacción positiva, a los siete minutos, y le dimos otro trago, y así sucesivamente, se tomó el cuarto.

Se fue componiendo o es decir se le fue yendo el mal, y dijo por iniciativa propia, que se iba a trabajar, y tomó la llanta y se la echó al hombreo y se fue.  Yo me fui detrás a continuar con el propósito de ir al centro.

Entonces podemos decir que para hacer el bien, hay que seguir el ejemplo de él, hay que tener conciencia, valores y trabajar para poder proveer la necesidad del otro que nos rodea.  Eso fue lo que exactamente hizo este hombre, y tener también si es posible, la honradez, porque él dice estas palabras, de que te pago aquí y si se gasta más, a la vuelta te pagaré.

Este indicador nos da a entender que el hombre era de palabra, era de respeto y era un hombre honrado y de credibilidad.  El texto bíblico en referencia dice a la letra: "Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese" (San Lucas : 10: 35) versión Reina Valera 1960.

De manera que para hacer este tipo de obra educativa, se necesita que el estudiante de teología, comprenda de valores humanos y prepararse para estos encuentros fortuitos, que no es solamente ir a predicar, o ir a anunciar, sino que se debe ir preparado para invertir en el prójimo que se puede levantar y a invertir en un conocimiento como el del buen samaritano, que tenía conocimiento en salud.

Y no estar desprevenido como en el caso del sacerdote, del levita y otros más que Jesús no incluyó en el texto, porque no se trata de hablar de los demás.  Se trata es de amar a los demás, pero con un amor comprensivo y razonable.  

Los invito a visitar este video que se titula: Parábola del Buen Samaritano, de una duración de: 5: 05, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=5DpUQPR5G7o

"Con la razón y la inteligencia, instruye el sabio, y con sus talentos, provee: medicina"

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