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La bióloga Elena G. de White, nos ha dejado un legado en varias ciencias, en el lenguaje filosófico y poético, en su literatura, es decir en sus obras. Lo cual debe llamar la atención a los investigadores de dichas ciencias y literaturas en el mundo de las civilizaciones.
Para mí como investigador, observo detenidamente que esta bióloga, deja ciertos renglones o lo que se llaman oraciones, muy interesantes y sobresalientes del mundo natural. De manera que hay que saber discernir entre un renglón y otro.
Por esta razón, estas obras son una guía en diferentes ciencias, sabiendo leer y entender lo que esta científica americana envío en su tiempo, al mundo del jardín, donde se han conocido sus obras. Así que teniendo como una especie de lupa, se puede leer cualquier tipo de obra, sin hacer excepción.
Porque cada escritor siempre nos va a dejar un mensaje entre las letras, que debemos buscar así como el sabueso busca la presa. Y esto hace más interesante el afinamiento del conocimiento y el discernimiento que son elementos que destacan a los lectores de las ciencias de hoy.
Ella nos habla del mundo natural y su relación, de esta manera: "Cada árbol, arbusto y hoja emite ese elemento de vida, sin el cual no podrían sostenerse ni el hombre ni los animales; y el hombre y el animal, a su vez, sirven a la vida del árbol y del arbusto y de la hoja" El deseado de todas las gentes, página 12, párrafo 3.
Esta bióloga hace un énfasis sobre la relación que existe en el ecosistema cuyo epicentro es la vida. Así que en la naturaleza, todo es importante, todo tiene un valor que es valorado por la misma vida. Y no hay nada que no sirva para la misma vida.
La ciencia de la biología nos lleva a entender que debemos entender la misma vida. Si la hoja del árbol se cae, es para alimentar el subsuelo, luego de esto vendrán semillas que se alimentan para poder respaldar el trabajo de aquellas hojas que murieron con anticipación.
Y ellas son las beneficiadas de tal suceso. Desde hace muchos años, he estado relacionado con la naturaleza y viviendo en ella, y observando este fenómeno, y entendiendo que desde el átomo en las hojas de los árboles, de las plantas y ese mundo que nos rodea, es interesante conocer y cada día descubrir que están entrelazados, como el mismo árbol con sus hojas y sus frutos.
Entender la vida, no es solamente estudiar lo que es la cultura del hombre, hay que ir más allá para poder entender que somos una vida que le sirve a todas las vidas de nuestro cosmos, y así de esta manera, nos soltaremos de la competencia en palabras y discusiones, que algunas veces se presentan por el conocimiento en las ciudades, o con aquellos que no tienen idea de que somos patrones de vida natural.
Los elementos de la tierra deben conocerse así como nosotros conocemos o discernimos, las expresiones que no tienen el atino de la unidad cultural y científica y que lo que hace es trastornar cada día más, el corazón de aquellos que desprecian el conocimiento y la ciencia.
Esta científica, Elena G. de White, deja en sus libros una academia para aquellos seguidores del conocimiento, la sabiduría y el arte de las ciencias. Su escritura surge por razones de que esta literatura tiene los patrones de vida que enfatizan el reconocimiento de ella misma.
Que sirven a la vida de la humanidad pensante, y lo relacionan con algo tan tangible y clásico de ver, en el jardín que son los árboles. Y su vivencia. El cristianismo debe seguir la vida, y servirle a la vida de nuestro planeta, para poder entender el mensaje de esta gigante en la cultura de la poesía y la biología de la vida.
Las tecnologías cada vez van desarrollando mecanismos, para llegar tanto a las familias en la ciudad como en el campo. Y esto hace posible que los sucesos naturales, que se pueden registrar y transmitir para cada miembro de la familia que le sirve a la cultura de la vida.
Y esto cuenta en asuntos de desarrollo cultural y científico. Es hermoso contemplar la naturaleza desde los medios que están proyectando esta cultura que interesa a grandes y chicos. Y que el cristianismo debe despertar, porque la vida está tocando a la puerta de su corazón.
Y si no sale ese yo egoísta, a abrir con cortesía la puerta, ella se irá y lo dejará en ese ego, donde come y bebe igual que las ratas en una casa de campo, donde aún quedan algunos desperdicios de la familia que ha salido al encuentro de una vida y una cultura superior.
Los invito a visitar este video que se titula: VIENTOS DEL NORTE, de una duración de: 4: 22, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=qGf6hz5ex14&list=PLzD4cflvP5uMrq7nNBi89hbz5kU_7-n0t&index=132&t=0s
"La vida sirve a la vida, y la inteligencia a la cultura y la ciencia"
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