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A través de toda la historia de la humanidad, las iglesias en algunos casos, han tenido un público que en vez de concentrarse con un espíritu tranquilo y reposado, lo que se puede entender, según la historia relatada a través de la Biblia, hace millones de años, es que se vive una disputa donde los estudiantes, se debaten por ¿cuál es el mayor?
En uno de los templos principales de Capernaúm, estaba ocurriendo esto, y aún Jesús, tenía oportunidad de entrar a esta academia. E incluso ese día le permitieron a las doce clases, que sus discípulos estuviesen al frente, para que tuviesen la clase en cada una de ellas.
Por algunos asuntos de amistad, Jesús se quedó un poco atrás. Y sus discípulos llegaron adelante al templo. Allí los dirigentes de la iglesia en Jerusalén, los recibieron y les permitieron dirigir la clase. Los discípulos no entendían aún cómo dirigirse a un público.
Y esto fomenta una discusión, porque los discípulos no habían asimilado realmente el conocimiento científico de la Biblia. Y esto los incapacita para poder dirigirse en ese sábado a esta iglesia principal, donde en realidad se estudiaba lo que era la historia bíblica, la ciencia y humanidades.
De hecho que a todos los doce discípulos, se les sale el tema de las manos, por asuntos de falta de dominio, control y experiencia. No estaban acostumbrados o preparados para dar una instrucción exacta. Donde se pudiese manejar el tema de las Escrituras, y del conocimiento, sin entrar al territorio de la discusión.
Y esta es una de las cosas que todos los lectores del mundo, y estudiosos de teología, deben tener en cuenta, hoy. Porque descalifica al maestro, también a la congregación y no hay nada que muestre las credenciales del amor y de la sociabilidad humana.
Que es la que enfatiza la escritura. Al poder mirar el libro de San Marcos, nos enfatiza el tema con una introducción que es la llegada a Capernaúm, pero en realidad, es algo que sucede en un templo en esta ciudad.
Al llegar Jesús, los encuentra filosóficamente enfrentados, ya que los discípulos habían convertido el templo en un campo de batalla, y su justificación era que ellos todos los días, la pasaban con el maestro y que por esta razón, ellos eran los mayores, los que sabían qué enseñaba el filósofo y maestro en divinidades: Jesús.
Pero cuál sorpresa se llevaron cuando llega Jesús, y les pidió disculpas a todos los presentes y desde el púlpito les dijo, conforme lo registra esta cita que a la letra dice así: "Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos." (San Marcos: 9: 35) versión Reina Valera 1960.
En realidad, el auténtico maestro, es aquel que no se precipita y que las cosas de Dios las enseña o las comparte con la humanidad, porque hay que tener en cuenta que esta corrección que hace el científico Jesús, en el templo de Capernaúm, lo hace con una experiencia en seres humanos de todas partes del mundo, porque queda en la historia registrado el hecho de que este galileo no usaba la fuerza, ni el poder intelectual, para discusiones en el templo o fomentar revueltas.
Es necesario entender que los sabios no están estresados por enviar un mensaje o enseñar desesperadamente, porque sus principios han formado en ellos, una inteligencia que reposa ya sea en el templo, o en la vida cotidiana.
Y esto no se trata sino de cultura, de familia, de escuela o academia, para que el ser humano, se ame en la práctica, es decir que no haga excepción ni se crea el mayor, porque esto produce trastorno en la psicología de cada estudiante de teología, que no entiende el tema de la educación y de impartir la cultura y sabiduría de redimir al hombre.
Los invito a visitar este video que se titula: El Gavilán Mayor - (Diomedes Díaz) canta Hernando Marín, con una duración de: 4: 36, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=L-qNarSiauE
"El sabio se percata del peligro del fuego de la expresión, más el discípulo, se precipita hacia la contienda"
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