UNA PATOLOGÍA DESCONOCIDA

En el área de la salud, la Biblia, nos señala patologías muy interesantes, donde podemos ver cómo los profetas se levantaban de sus enfermedades, que eran el punto de partida para convertirse en científicos, que aún seguimos descifrando sus misterios y sus enfermedades.

Isaías sufre una enfermedad que muy pocos en su tiempo e incluso su familia, se percató de la enfermedad que azotó a este escritor de Jerusalén.  A esta ciudad, que lo había visto entrar y salir a la media noche, no le importaba el problema de salud que tenía este hombre que había estudiado en las escuelas de esta ciudad.

Sus compañeros no entendían la enfermedad de Isaías, y nunca se preocuparon por estudiar esta patología de su problema.  La enfermedad de Isaías era de muerte, porque al tener la bacteria, pierde un poco la estabilidad de su razón, que a veces lo llevaba a la crisis psíquica, pero hay otras cosas que no se han dicho sobre este personaje ilustre del pensamiento global.

Y es que él se sigue hinchando desde la planta de los pies hasta la cabeza, debido a que la enfermedad que está en el organismo, lo está transformando, digamos así, en una bolsa de materia viviente. Y esto ha afectado a la humanidad que enseña que el ser humano, es una llaga viviente.

Nuestra psiquiatría puede percatarse de la magnitud del daño, que se le hace a los demás, cuando no hay conocimiento sobre la salud psicológica, y se enseña al niño, al adolescente, al joven y al adulto mayor, que son una enfermedad por dondequiera que se mire.

La psiquiatría del globo, no ve esta expresión del profeta Isaías como él la escribe, diciendo en el plural del lenguaje del globo, que el ser humano es una llaga de los pies a la cabeza.

Para hoy queremos compartir la cita en el área de la salud, que a la letra dice: "Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite" (Isaías 1: 6) versión Reina Valera 1960.

Por esta razón es necesario un conocimiento que tenga la capacidad y los principios definidos para enseñar con autoridad y salud, sobre las Escrituras.  El ser humano pierde el valor cuando se le enseña que él es una llaga, que él es una enfermedad, y que no hay nada bueno en  él.

Esto causa un impacto en la psíquica del estudiante de la Biblia, que lo trastorna.  Y en teoría así sea el niño o el adolescente, o digamos la familia humana del jardín, han recibido una enfermedad, porque abrieron el corazón a una interpretación errada y sin conocimiento de la ciencia, que ha trastornado el mismo escenario de la tierra, donde al aseverar como Isaías que la enfermedad la tienen es los demás, cuando el enfermo era él.

Así que desde que comencé a estudiar el libro de Isaías tuve precauciones y en general, para no auto desvalorizarme con su letra.  La sabiduría bíblica es semejante a la expresión que dice que lo que te da vida, también da muerte.

Diríamos que Isaías finalmente se recupera y esto es lo que me gusta de los escritores bíblicos. Llega a conseguir medicamentos y antibióticos, digamos así, que con mucha paciencia y sin terapistas, porque no se conseguían muy fácil como hoy, se sale de esa bolsa de materia.

Y finalmente se convierte en un escritor cuyas letras deben tenerse en cuenta, y la Psicología debe ser, su intérprete para discernir en qué patología es diferente, y no hacer del pronóstico de Isaías una patología universal única.

"El aceite del conocimiento, sanará el corazón del hombre pensante"

F P C