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Estando en el caño del azufre, que pasa por Bezote, entre Aguachica y Pelaya, fui llevado por una de mis tías a la ciudad de Aguachica, departamento del Cesar. Resulta que era con el propósito de que estudiara, porque en el lugar donde vivíamos, no había colegio.
Fracasa la idea de que este niño continuara estudiando en un colegio privado, porque era muy rígido el maestro de unos 70 años de edad, nos maltrataba y mi tía Julia hacia bollos para vender. Y un día luego que me salgo del colegio por alternativa propia, me dice a mí: hijo, no se qué hacer con usted, porque usted aquí, va a coger es la calle.
Me llamó la atención como ella me lo dice, y le contesté en tono de broma: pero tía si es que la calle es mía. Ella con admiración y asombro, me pregunta: por qué dices eso. Le respondí: tía es de lógico. Esta casa es muy pequeña, y esta es una ciudad y nosotros en el campo, tenemos lo que usted llama por calle, allá se llama potreros, montañas, ríos, y aquí pues se le llama calle.
Debe usted comprender que la calle no es mala, el que es malo es el transeúnte, el ciudadano que no ama a su semejante, y que no respeta el horizonte del que va y viene, que igualmente le pertenece. Tía Julia Trigos Sepúlveda, dijo: dónde aprendiste a hablar así.
Yo le contesté sonriente, como siempre: de mis padres y de la gente que nos rodea allá en esas calles como usted dijo, naturales, que también son una amenaza para el que las desconoce. Dijo: ¿amenaza en el campo?
Yo le dije: si. Ella me dijo: ¿Cómo así hijo? si el campo es lo más sagrado y lo más tranquilo. Vuelvo y le contesto, diciéndole que ella no conoce el campo, porque precisamente entre las serpientes venenosas destacadas allí, estaba la boquidorada, la verrugosa, la patoco y la coral, por decirle algo, para que usted tenga un vislumbre de que el peligro, está tanto en la ciudad como en el campo.
Dijo: pero esos animales están en sus cuevas, queriéndome contra restar la soltura de pensamiento que desde niño he tenido, y he alimentado. Le volví a contestar: lo mismo sucede aquí en las ciudades, en la mayoría de los casos, hay muchas personas que están es encerradas, y las víboras humanas, de escaso veneno, son las que van y vienen, precisamente por esta avenida, donde usted no puede discernir la huella de las escamas que dejan en cualquier parte y usted no puede ver, estos asuntos que no le han sido revelados.
Ella se sonrío un poco y me dijo, colocándome la mano derecha sobre mi cabeza: tú qué haces aquí. Yo le contesté: estoy aquí porque es necesario conocer los dos mundos en el que siempre iré a vivir. Dijo: tengo 3 hijos con estudios realizados y no escucho en ellos la manera de expresarte sobre estos asuntos que son de conocimiento, que a la verdad, ni yo los se.
Le miré y le dije: tía, no se confunda, es que hay personas que estudian obligadas, porque usted como madre los mandó al futuro como en el caso del túnel del tiempo. Y usted se quedó en nuestra era. Dijo: muchacho, me has puesto en un dilema.
Yo le dije: no debe haber dilema en una señora como usted que ya tiene realizados sus sueños, y es que sus hijos hayan logrado sus títulos. Dijo: ¿y usted qué piensa.? Yo le dije: nada, porque para el pensador todo está hecho, y ponerme a pensar, sería cambiar el mundo y las leyes que rigen nuestro cosmos.
Simplemente mi propuesta es que si a usted bien la parece, seré su vendedor de bollos, durante la temporada que esté aquí en esta ciudad. Ella me dijo: que que lástima, lamentaba mucho que no pudiera seguir estudiando por los problemas, por la falta de paciencia.
Yo le dije de buen modo: la paciencia tiene límites, y el día que el ser humano, se limite nada más a tenerle paciencia al otro, es como el agricultor que se dedica en la finca a sembrar maíz solamente, o sea a un sólo tipo de cultivo, cuando hay tierra para hacer una gran variedad de cultivos.
Dice ella: muy bien tu reflexión, es cierto. De manera tía que la cultura del trato es muy importante conocerla, estudiarla, porque de lo contrario se puede ir de nuestras manos, la riqueza de un reino, u ocultarse.
¿Por qué me dices esta palabra? Yo le dije: porque con el profesor o el docente, no tuve nada que decirle, ni nada que dialogar, porque él continúa en el futuro, y este servidor, en el presente. Por esta razón, creo que el futuro no se cambia, debe cambiarse es el presente, y en este caso, yo debo cambiar, porque yo soy el presente. ¿Me entendió.?
Dice ella: hijo, tienes muchas razones que realmente me dejas desconcertada y a la verdad, es que medio te entiendo. El sobrino de Julia Trigos Sepúlveda, le dijo: he hallado más razón en usted y posibilidades de entendimiento que con el que produjo esta reacción en mi, sólo para que se cumplan, las Escrituras, lo dicho por el docente Jesús:
"Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza? (Mateo 21: 16) versión Reina Valera 1960.
Así que la sabiduría acaricia tanto al adulto como al niño, y en muchos casos si no es que en la mayoría, se desconoce en nuestro propio hogar. Por esta razón, las personas que surgen en algunos casos, emigran, en otros casos, somos independientes con responsabilidades, porque ella naturalmente nos lo requiere.
Para mí esta experiencia ha sido de gran bendición, porque es una página más de mi vida y de experiencia, que fue tan real como mi madre, mi padres, mis hermanos y mi familia, que se pueden constatar con ellos y que fueron testigos mis primos en Aguachica, mi tía Celmira Trigos, que aún está con nosotros.
Así que los problemas u obstáculos de la vida, hay que convertirlos, porque la mente ha sido diseñada para convertir lo negativo en positivo, como en este cuento. Una acción negativa produjo en mi una inspiración prácticamente real con algunos adornos, que siempre exige la literatura, la ciencia, el lenguaje y la imaginación.
Los invito a visitar este video que se titula: Víbora Patoca, de una duración de: 3: 58, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=QI8hvN_GLMg
"La potencia del hombre, consiste en el conocimiento presencial, que lo eleve a toda sabiduría"
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