El respeto por los derechos de la mujer, debe llamarnos la atención, ya que ellas han sido maltratadas, durante milenios. Y su presencia en la familia, debe ser admirada y amada, por su descendencia, que debe tener en cuenta, su ciencia y su sabiduría.
Sin embargo, la Biblia, presenta un claro panorama sobre el conflicto por la adoración y por el reconocimiento arqueológico que podemos ver a través del lente de la historia humana. Creo que es necesario compartir el caso de una madre frustrada, para llegar a su reinado.
Ya que se le impide, porque ella tiene una imagen, o sea una referencia, tal vez de una familia, que le obsequia este regalo, o de sus ancestros, que son objetos valiosos para el análisis arqueológico de civilizaciones antiguas.
Este rey descendiente de David, menosprecia el trabajo y el amor de su madre, prohibiendo que ella llegue a lograr uno de sus sueños más importantes.
Tan sólo porque su hijo, desconoce los principios que son tangibles en el Decálogo, donde podemos palpar dos figuras, que nos dejan ver la realidad, con alternativa de poder mantener nuestros hallazgos arqueológico en casa, debido a que la ley viene con esa idiosincrasia, con esa libertad de que el ser humano, puede no solamente poseerlas, sino que también puede pedir que le diseñen conforme a la sabiduría que la persona requiera, ya sea de los artesanos o en el caso moderno, con lo de la cultura del tatuaje de hoy, en día.
Este rey desconoce la historia, y por estas razones maltrata a su madre, de esta manera insolente, trunca sus planes, habiéndole dado a él, la vida y el conocimiento para ser un rey de Israel. Leemos en este caso, un sometimiento a la mujer totalmente despreciable.
Se necesita conocer más nuestra historia, nuestra arqueología, y promover valores que tengan en cuenta a la mujer, su sabiduría y su inteligencia, que puede elegir las cosas que este jardín, le provee.
Este caso lo podemos leer hoy a través de esta cita bíblica, que a la letra dice así: "También privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa el ídolo de su madre; y lo quemó junto al torrente de Cedrón" (1 Reyes 15: 13) versión Reina Valera 1960.
Observo a Asa como un muchacho que le hacía travesuras a su madre, que era educada y que tenía un poder desequilibrado en la amistad y confianza hacia su madre. De casualidad en este caso, mi madre tenía un San Antonio, era algo muy especial para mi mamá, porque era de su abuelo.
Aunque yo he sido un lector de la Biblia, en ningún momento discutí con mi madre el asunto de esta imagen, que aún recuerdo, y que al recordarla me traslada al lugar donde la tenía mi mamá, que era en aquel entonces, a una media hora de Otaré, en la finca llamada el Sitio, vereda de El Silencio.
Mi mamá María Isabel Jiménez, tenía la imagen por cuestiones ancestrales, en ningún momento, nos obligó a que la adoráramos. Algunas veces nos sentó en la cama y nos narró algunas historias sobre cómo había prevalecido este San Antonio en la familia Jiménez, y la realidad que es muy grato recordar a mi madre, y a mis hermanos, escuchando aquellas historias que me hicieron entender desde niño, la arqueología por una madre que quería que nosotros sus hijos, lleváramos al mundo tal vez, una historia arqueológica familiar, tan diferente como la de Asa, que no deja por egoísmo, que su madre, sea reina.
Los invito a visitar este video que se titula: Ashera la diosa madre de una duración de: 4: 16, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=_HCTf5n9vIA
"El irrespeto del hijo, trastorna los planes de su madre, y el que escucha con inteligencia, entenderá la cultura y la ciencia"
F P C
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